Que curiosa es la vida
la infancia ocupa
el espacio de una mirada,
de un ángel que rescata
la ilusión olvidada
en una lata de conservas.
La cordura sintoniza
su emisora en mi corazón,
me esconde del dolor
para no besar a cualquiera,
pero en la calle de la esperanza
se ponen en verde las miradas.
Un instante hereda
el principio de
incertidumbre,
otra vez la paz
empieza a perder una guerra
empieza a perder una guerra
y bajo mi soledad
un loco arde sobre la nieve.
En la oficina de un coche
vendo mi oro en huida libre,
me divorcio del enfermo
en cuestiones personales,
de la única sonrisa
que me daba la tristeza.
de la única sonrisa
que me daba la tristeza.
Robo a mi perchero
la vida que guardaba,
multo a la noche
por correr en exceso
pero en el espacio de un beso
vuelvo a ser yo.
Soy creyente de la revolución,
discrepo con los televisores
pero en el reino de la fe
caigo en la adicción
de los mortales
creo que tú , cariño mío,
lo llamas amor.