Aquí me encuentro desnudo
delante del laberinto de un papel
discutiendo en el tratado de la tolerancia
con el pensamiento de Voltaire,
ganando la razón en la batalla,
el fanatismo alimentado por la rabia
esencia que mueve nuestra fe.
Héroes que se disfrazan de amigos
con el porcentaje del interés,
lagrimas del obrero vencido
en la guillotina del Santander,
diaria trinchera es mi herida
bajo las siglas del INEM.
No mataría por mi patria,
ni bandera ni signos son credos
para alzar sobre el hombre un arma,
no deis muerta mi incansable voz
hasta que la del pueblo este callada.
Libertad, utopía real que me llama,
desangro sobre el verso mi raíz,
poesía, el perfume que me baña,
pues quien a acero muere,
con palabras mata.
Grupos de referencia son
tumbas de neuronas contratadas,
la noria de mi vida no la mueve
quien deja el amor en mi cama,
no penséis, no soñéis, no viváis,
la dictadura del pensamiento,
medallas de reconocimiento,
a la espalda de la colima gimen
los ecos del fusilamiento.
Bajo el refugio de unas sabanas
empieza mi musa a darme alas,
la reconquista de la piel
empieza en el pecado de las almas,
dolor tras el placer, diario falso
de la vida de una geisha.
Te siento, como un grito muerto,
en un claro débil, mucho ruido
armado con poco argumento,
si no hay nada mejor que decir
shhhh SILENCIO.
Cenizas que se pegan a un cenicero,
la reflexión de una corta vida
dura todo un momento,
dejo de herencia mi ilusión
en la cal que bordan las paginas
de la sonrisa de mi testamento.