Porque al final vivir es solo un lujo,
un recuerdo donde toda letra
es solo una ilusión vencida,
el principio de cada poema
donde todos los caminos
llevan a los ojos de mi habitación.
Y dudo de casi todo,
dudo de que el infierno queme
tu corazón sin aceptar su censura,
dudo de que el olvido en paro
vuelva a recuperar su trabajo
y de que el recuerdo, borracho de absurdos,
no cobre en las peluquerías
los derechos de autor de sus canciones.
Dudo, porque quizás vivo
o tal vez muerto de vida,
el tiempo tiene un final de cine para todos.